Un año más en mi vida, pero no uno que haya pasado desapercibido. Las ideas fueron tomando forma y se plasmaron en esa mesa llena de cosas ricas. Nos introducía a este pequeño momento mágico el señor conejo blanco con su reloj en la mano indicando que ya era hora de que yo y mis amigas nos sentáramos a disfrutar de una tarde de té, café y las dulzuras contenidas en un ambiente vintage romantico, muy al estilo de Alicia en el País de las maravillas...Gracias por compartir ese hermosa tarde que quedará en mis más preciados recuerdos!!!!